Agua, piedra y vegetación mediterránea dibujan el espacio del silencio.
La piscina efecto playa y el jardín difuso del Tarthesh Hotel no son solo lugares para vivir, sino experiencias para atravesar con lentitud. Rodeados de palmeras, olivos milenarios y plantas aromáticas, se descubren rincones de quietud, luz suave, aromas intensos.
Aquí el cuerpo se relaja, la respiración se distiende, el tiempo se disuelve. Entre un chapuzón regenerador y un paseo entre los árboles, la naturaleza acompaña cada gesto, transformando cada instante en armonía.