Bernardo De Muro

Hay proyectos que nacen del conocimiento,
hay proyectos que nacen de las ideas,
hay proyectos que nacen del asombro.
He vivido el asombro desde el primer instante y
Tarthesh me ha ofrecido una porción divina
en los tonos, en los colores, en la armonía, en el atrevimiento.
Al aparcar, escuché el ruido de los guijarros,
y respiré el polvo. Me dije: el lugar de siempre,
tendré que adaptarme a un conocimiento ya vivido.
Luego, al entrar en Tarthesh, una mano de magia
te sorprende y te sumerge en el silencio.
Filas de columnas en forma de pilares blanco y negro,
alfombras, tapices, jarrones desmesurados, huellas de lo antiguo.
Un joven llamado Ettore, pero quizás “Ettorre”,
voz calmada, pausada y gestos muy medidos y
también en las pausas. Incluso las espesas patillas
son discretas y retraídas; el porte es aqueo
y también la agudeza. ¿Dónde me encuentro, y por qué
he llegado precisamente a este lugar del tiempo?
Y Ettore: “Tarthesh es tierra de venas de plata
nosotros aquí, para custodiar su memoria, y su aliento.”
el recuerdo va a la obsidiana de Cossyra, la simplicidad
de líneas, los sonidos del silencio, el ímpetu del viento.
Las luces del alba son las de la noche que avanza,
avanza con sus halagos y su latido.
Y de repente vislumbro la ágora del misterio de la palabra.
Flanquearé a Tisia y Corace y al viejo Gorgia.
Ahora sé por qué, me encuentro aquí, entre venas de plata
y sonrisas de luna. Y no seré un huésped desprevenido.

De la filosofía a la factibilidad

INVITADOS, la medida y la dimensión

DIRECCIÓN, la idea y el sueño

VESTUARIO, los valores y la paciencia

COCINA, la tradición y la continuidad

ARTES Y OFICIOS, la mano y la mente

PAISAJE, el mar y la tierra

AROMAS, del mirto al mirto

ESPECTÁCULO, la naturaleza y el encanto

SAUNA, el vigor y la relajación

PELÍCULA, la memoria y el presente

LA FAMILIA, hospitalidad y rigor

Estamos aquí… TARTHESH